Trilogía Amanecer Rojo, de Pierce Brown


“Ideas como libertad o igualdad murieron junto con la Tierra. Ahora, en Marte, el equilibrio se sustenta en un férreo sistema de castas representadas por colores, en el que los dorados son la élite gobernante. Pero Darrow no es un dorado, es un rojo”. 


Parece uno de los tantos libros que se han publicado en los últimos años sobre el mismo tema, un joven héroe (habitualmente de lo más atractivo y ordinario al mismo tiempo), con el que es relativamente fácil identificarse, que sufrió como el que más, se revela contra la sociedad opresora (los motivos varían, desde un sueño a una hermana seleccionada en la cosecha). Es un tema que ha llenado los bolsillos de numerosos autores, algo a lo que he contribuido de lo más activamente.


Pero no es un libro más, no es una trilogía básica o simple, va mucho más allá. Ahonda en lo peor de cada ser humano y de la sociedad, pero al mismo tiempo muestra pequeñas cosas buenas, como el amor, la amistad o la lealtad. Todo esto mientras tú tienes un miedo acojonante a que en la siguiente página muera alguien. Obviamente la idea distópica (de lo más tópica en los últimos años, valga la redundancia) es el desencadenante de la historia, pero poco más.

Esta trilogía está compuesta por “Amanecer Rojo, “Hijo Dorado” y “Mañana Azul” (traducción más que libre de este último título). No sabía como contarte de qué iba la sin desvelarte nada, así que leí lo que ponía en la contraportada del libro, y la verdad es que aparece poco más de lo que he escrito al comienzo de esta reseña. Lo que yo encuentro de lo más normal, es tan fácil hacer un spoiler de estos libros...

Puede que creas que soy una exagerada pero, de verdad, cada diez o quince páginas pasa algo que te deja con la boca abierta, un giro inesperado, una traición, una estrategia llevada a cabo desde hacía varios capítulos y que tu ni siquiera sospechabas, etc. Por tanto, quédate con que nuestro héroe se llama Darrow, y es un rojo en una sociedad de dorados. Punto. Nada más.

Es una trilogía llena de sorpresas, en la que pocas veces cae el ritmo; y casi es mejor, porque cuando sucede sospechas que Pierce (el autor) va hacer algo que no quieres que haga.

El primer libro es una suma de pequeñas batallas, en las que la estrategia se convierte en la clave. Pero estas batallas son una pequeña parte de la guerra, la cual se desarrolla a lo largo de todos los libros. Entonces llegas al segundo, con el convencimiento total y absoluto de que será un mero trámite, para vender más y esas cosas, antes de los acontecimientos importantísimos que seguro no sucederán hasta el tercero. Pero no. Es una jodida obra maestra de manipulaciones, política y traiciones. 

Una vez que consigues asumir el libro, pasas al tercero (o lo haces directamente en medio de un bucle obsesivo sin salida, eso ya es decisión tuya). Es aquí cuando crees que ya no da más de sí, que no puede mejorar, que no puede hacer que sigas leyendo hasta que se te queden los ojos rojos y te duela la cabeza por falta de sueño. Pero el tipo lo consigue. Puedes darle las gracias u odiarlo. Yo no lo he decidido. 

Lo terminas, piensas en todos los personajes durante varios días y asimilas que su historia terminó, y entonces te enteras que hay un cuarto libro llamado "Iron Gold", que transcurre diez años después de "Mañana Azul". Yo pasé por eso la semana pasada, y todavía no lo he procesado del todo. Porque sé que la cosa se complicará, que habrá acontecimientos que parecían de lo más simples en la trilogía original y en realidad eran un súper complot del malo malísimo. Seguro. Y no quiero volver a sufrir. Bueno, si que quiero. No sé a quién pretendo engañar. En cuanto salga en castellano me lo compraré y volverá la obsesión.

Aquí es cuando suelo contarte si hay adaptación, pero no la hay. Y es la primera vez en mi vida que deseo que un libro se lleve a la pantalla, porque esas batallas serían jodidamente magníficas. Eso sí, no quiero una película o serie cutre, así que vivo con miedo. Pero yo soy valiente y lo superaré, estoy convencida de ello.

Te recomiendo que leas estos libros porque Pierce Brown es un maestro de la manipulación, el engaño y la traición. Y hay pocas cosas más atractivas en un libro de ciencia ficción.

¡Hasta pronto!

PD: he hablado particularmente mal por deferencia al libro. Prometo no haber perdido mis modales. Léelo y lo entenderás ;)

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