Stardust, de Neil Gaiman

Decidida a cumplir con mi nueva labor de redactora de reseñas, he estado investigando un poco sobre cómo hacerlas correctamente. El motivo principal es que cuando me he dispuesto a hacer mi primera redacción (¡como en el cole!) me he dado cuenta que lo único que estaba haciendo era vomitar las ideas tal cuál me venían a la cabeza. Esto no sería un problema si no fuera porque quedaba la historia desordenada, inconexa y ridícula, para que engañarme. El problema es que no valgo para eso, querida pantalla de ordenador, no puedo hacer un resumen del libro expresando mis opiniones con coherencia y respeto. Así que, en vista de lo anterior, he decidido llevar a cabo mi propio sistema de redacción de reseñas.

A pesar de que probablemente quedará desordenado, inconexo y ridículo, podré (¡al fin!) expresar mi nada preocupante obsesión por los libros. Procedo:



¿Sabes esa sensación de felicidad continua? Esa que tienes durante tanto tiempo que parece que no te va abandonar (la reconocerás porque suele ir acompañada de una sonrisa de imbécil en la cara).

El libro Stardust, del autor Neil Gaiman, es lo que te aporta.

Es un gran cuento de hadas y, como todo cuento, tiene una serie de personajes que yo encuentro maravillosamente estereotipados. En primer lugar, encontramos un caballero andante (en realidad más bien “muchacho idiotizado” y enamoradizo que emprende una gran aventura por un amor totalmente superfluo) cuyo nombre es Tristan.

El segundo personaje, el que desencadena la historia, es la estúpida amada, llamada Victoria. Probablemente te preguntarás porque la denomino así, basta leerse las 20 primeras páginas del libro para que se te ocurran epítetos mucho peores. Esta bella dama, egoísta y creída, le promete a nuestro hidalgo que se desposará con él, siempre y cuando le traiga una estrella caída del cielo. Evidentemente, nuestro protagonista profundamente idiotizado accede (oh, ¡qué sorpresa!).

A partir de aquí llega la verdadera historia, porque por supuesto la maldita estrella no ha caído en el patio del recreo del colegio local, sino que aterriza en el mundo mágico de Stormhold. La aventura de Tristan es increíble, en todos los sentidos de la palabra. Evidentemente, cuando un mundano se adentra en tierras mágicas, no sucede nada ordinario, sino que se dan una serie de acontecimientos llenos de magia y fantasía que deleitarán a cualquiera. Además, tengo que admitir que el caballero profundamente idiotizado se hace querer.

No te quiero contar nada más, porque sería un spoiler, así que sólo diré que la historia de Neil Gaiman es un genial viaje de aventuras, con conversaciones absolutamente maravillosas, que te permiten tener esa gran sonrisa de idiota en la cara.

PD: existe una adaptación al cine, con el mismo nombre, que vio la luz en 2007. Cuenta con unas actuaciones magistrales y un guión que adapta esta historia de cuento a la perfección.


Puedes ver el tráiler aquí

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